martes, 26 de enero de 2010

A un gran amigo

      Era el primer día de clase, cursaba el segundo de secundaria, como era costumbre, en mi colegio se hacia la famosa actuación, en donde el director hablaba sandeces y en cada discurso barato amenazaba a los alumnos. En plena formación encontré a mis compañeros y me puse a dialogar acerca de las vacaciones y demás cosas triviales, ignorando el esfuerzo del director para llegar a nosotros. Nos dirigimos al nuevo salón de clases y conocimos a los alumnos nuevos, al ver a cada uno de ellos, se me hizo conocido alguien. Me acerqué.
      –Hola, ¿tú eres Pedro? –dije confundido.
      –Sí, quien más –respondió con un tono satírico.
      Reí. "A los años", dije.
      Pasó el tiempo y misteriosamente empezamos a llevarnos bien, cabe resaltar que ya lo había conocido antes, en tercero, hasta quinto de primaria en que se cambió de colegio. Pero, no éramos amigos, tampoco enemigos, sólo cada uno ignoraba la existencia del otro respectivamente.
      Vivimos muchas anécdotas como los conciertos "punks" a los que íbamos, las primeras chupetas, la banda que formamos y por falta de madurez y experiencia la dejamos, los populares kinos. Pero, no todo era felicidad, en los momentos difíciles, siempre encontré en él, un verdadero amigo, esos que están ahí contigo en las buenas y en las malas; los que te pueden decir un carajo si es necesario para hacerte entrar en razón, alguien que te pueda perdonar y olvidar EL PASADO. Ahora que me dices que te irás a estudiar a Huancayo, no lo sé, no sé si podré encontrar una persona como tú, alguien que sí se le pueda llamar amigo, pero si irte es lo mejor, no te detengo. Éxitos en todo… sé que nos volveremos a ver, tal vez no será tan seguido como antes, pero habrá un reencuentro.

jueves, 7 de enero de 2010

Para que te sirva de lección…

(2005) Me di cuenta que las olimpiadas escolares aún no terminaban, faltaba la competencia de atletismo. Estaba afligido por la derrota en fútbol, el equipo era un desastre, no pasamos ni siquiera a la segunda ronda, pero tenía que sacarme la espina y ganar en algo, por eso participé en atletismo. Corría muy bien, pero nunca había participado en alguna competencia, al ver que no tenía nada que perder, me lancé a la prueba de cien metros planos. Eran dos carreras, la primera clasificatoria y en la segunda se veía el campeón. En la primera, sin ningún problema clasifiqué y en la segunda quedé primero, así que gané la medalla de oro, la verdad casi pierdo esta vez, ya que antes de llegar a la meta volteo para ver al que estaba atrás, al darme cuenta que el contrincante estaba apunto de pasarme, estiro la pierna y cruzo la meta, le habré ganado por milésimas de segundos. Luego participo en la carrera con postas, esta vez la responsabilidad no solo recaía en mí, sino en tres amigos más, el orden era así: primero corrió Mendoza, se tropieza pero logra llegar segundo, de ahi seguía Jordan que quedó primero, era el turno de Vidarte, corrió como un choro y me entregó la posta, era mi turno, tenía una ventaja abismal a los demás contrincantes, así que llegué primero sin problemas y gané otra medalla de oro. Era bicampeón en atletismo.
      (2007) Pasaron dos años desde ese entonces, como nunca quedamos tercer puesto en fútbol. Ahora se venía atletismo, estaba muy confiado, me creía la gran cagada, fui el ultimo en bajar y ponerme en la partida. El silbato suena y los dos corredores que estaban a mi alrededor se cruzan y me cierran el camino. Obvio, sabían que para ganar tenían que dejarme fuera de la carrera, lógico... perdí. Me quedaba la carrera con postas para taparle la boca a todos los que deseaban mi derrota. Corrimos los mismos pero en reemplazo de Vidarte, corrió Tataje. Antes que me dé la posta, el contrincante ya me había llevado años luz. Bueno, me mentalicé en llegar segundo y clasificar, vi la meta y baje la velocidad y empecé a caminar, supuestamente me detuve en la meta, en donde habíamos comenzado a correr, pero no se escuchaba ninguna indicación de "clasificó", hasta que pasa otro corredor y le dicen segundo puesto, yo no entendía lo que pasaba, si yo era el que había quedado segundo.
      Mi falta de experiencia me hizo una mala jugada y es que uno nunca debe pararse en seco, sino seguir corriendo, sin importar haber pasado la meta. Los reclamos no valieron de nada, sólo dos pasaban a la final. Esta vez perdimos y la culpa fue mía. Recuerdo que el profesor tutor “Norvil 2” casi me lincha, sino hubiera estado mi viejo fácil. Todos mis compañeros estaban enojados conmigo, y nunca faltan esas personas que están atentas para verte caer y burlarse de tus desaciertos, no me importó pero en el fondo estaba decepcionado conmigo mismo.
     
PD. Desde esa vez me frustré y no he vuelto a correr en ninguna competencia, ni siquiera por amor al deporte. Siempre recordaré eso, nunca hay que creerse superior, ni mucho menos sentirse ganador antes de empezar algo.