martes, 16 de noviembre de 2010

Noches gélidas, alcohol y cigarrillos

Cenaba junto a mis padres viendo un conocido programa sabatino, cuando de pronto, alguien tira algo con suma violencia contra la puerta. Mis padres me miran confusos, pensando que fue obra de alguna pandilla. Mi papá, molesto, abre la puerta a ver quien era. 

–Disculpe señor –dice el loco–, es que el perro estaba gruñéndome y si tocaba la puerta, de repente me mordía. 
–Hubieras llamado –respondió mi papá, con más calma–. Pensamos que habían tirado una piedra y que querían romper la puerta. 

Al escuchar una voz familiar salgo y lo veo, lo saludo; mi papá entra a la casa. 

–Puta madre, te demoraste un culo –dije viendo la hora. 
–Tuve unas cosas que hacer –respondió mi gran amigo. 

Caminamos hacia la casa de Yesenia, en el camino hablábamos de todo, desde cosas sin sentido hasta asuntos de la universidad. Pasamos por Metro y al frente, compré un par de vinos (en ese tiempo estaba muy bien financiado y por ende, tenía toda la plata del mundo para gastar) y el loco, una cajetilla Marlboro. 

En unos escasos minutos llegamos a la casa de Yesenia. Tocamos. Nos abrió su primo. 

–Hola –me presenté– ¿está Yesenia? 
–Sí –respondió su primo– ahorita sale. 

Conversando, fumando y tomando vino, matábamos el tiempo los sábados. Luego de tomarnos los vinos, Yesenia y su primo se aportaron un ron Cartavio. 

–Chicos, acá cerca hay un pub donde toca una banda de rock –dijo Yesenia– que tal si vamos. 

Después de parlotear, decidimos ir. 

En la puerta de dicho pub, se encontraba un sujeto que conocía a Yesenia, se veía que se tenían mucha confianza. Entramos. Escogimos donde sentarnos y pedimos una jarra de cerveza. El sujeto de la puerta seguía hablando con Yesenia, pero cada vez era más meloso. Su primo conversaba conmigo y con el loco. La mesera trajo la jarra, probamos y nos llevamos un fiasco: era agua con cerveza. 

–Aj, conchasumadre –dije– una huevada este lugar. 
–Mejor hubiéramos seguido con el ron –añadió el primo de Yesenia. 
–Hay que traerlo –dijo el loco. 

Lógico, no dejaban entrar al pub con trago de afuera. Pero no sé cómo, a los veinte minutos, entró el primo de Yesenia con el ron, camuflado. En el transcurso de los veinte minutos, loco y yo, mirábamos la mesa del costado, eran cinco patas rodeando una chica, que por cierto, era muy bonita, vestía una blusa celeste y esos shorts minúsculos; nos parecía familiar, creo que estudió en nuestro colegio, pero era como tres o cuatro años mayor. “Qué tal perra”, fue el comentario entre risas. 

–Listo, el ron y la coca cola –dijo sonriente el primo de Yesenia. 

Como estaba un poco embriagado agarré las botellas y mismo barman mezclé dichas sustancias. Chupábamos sin problemas, el alcohol era un gran aliado para salir de la realidad. 

–Si apruebo Matemática II –dije mirando fijamente al loco- compro un vodka y chupamos los dos juntos. 

Esa fue la gran promesa que hice aquella noche. Estaba a punto de jalar el curso, ya tenía dos prácticas jaladas y el parcial con 06, felizmente, me estaba dejando de huevadas y empecé a estudiar duro. 

Salimos del pub y fuimos a la casa de Yesenia. Ella entró a su casa, y yo, sentía ganas de vomitar. 

–Voy a buitrear –dije en joda. Pero al final se concretó. 

Llegamos a mi casa. Toco la puerta y en un segundo me abre mi madre, enojada. Paso y dejo al loco sentado afuera. 

Al día siguiente entro al Messenger y los encuentro en línea. 

–Oye no pienses mal –dijo Yesenia. 

Intrigado, abro otra ventana y le pregunto a loco lo que pasó y me dijo que ella y el pata de la puerta se besaron más de una ocasión, bueno, toda la noche estuvieron agarrando. Producto del alcohol no recordaba aquellas escenas. 

–Puta madre –le dije al loco– estaba tan ebrio que me perdí de esos detalles. 

Enterado de lo sucedido, regreso a la conversa con Yesenia. 

–No te preocupes –le dije– mejor hablemos de otra cosa.


PD. Después de la sacadera de mierda que me di, logre aprobar MATEMATICA II, y loco desapareció de repente, sin decir nada. Loco, si alguna vez lees este post, recuerda que te debo el vodka que te prometí, estoy esperando con ansias revivir aquellas noches de alcohol.

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