domingo, 3 de julio de 2011

Día del amigo

Leía Lolita –aquella novela que desde hacía no mucho, soñé y anhelé tener en mis manos– en mi cuarto, hasta que, el estruendoso sonido del vibrado de mi celular me desconcentra. Era un mensaje de texto. Lo leo: “Soldado, ya chapé moto”. Dibujé una sonrisa burlesca en mi rostro y continué leyendo, hasta terminar el capítulo.

“¿Llevo DNI? No, ni cagando, ¿para qué?, cualquier huevada saco mi carnet universitario del 2009 y las huevas, ahí están todos mis datos. ¿Y celular?, peor, fácil venga medio picado y pierda, así que no, por las huevas. ¿Y plata?, ¡puta madre!, llevaré dos cheques… no tengo sencillo”.

Luego de unos minutos me llama el loco diciendo que está afuera de mi casa. Era la medianoche y todos estaban en sus respectivos dormitorios. Subo y rutinariamente pido permiso a mi viejo. “Ya, ten cuidado”, sentenció luego de aceptar mi solicitud.

Volver a ver a mi amigo, ¿amigo?, es casi como mi hermano… por Dios; era lo más gratificante que tuve aquel domingo naciente. Mientras caminamos, conversamos sobre las novedades que habíamos tenido durante ese lapso de no vernos.

Veíamos, sin querer, a la multitud de gente alrededor de las discotecas, caras sonrientes, y otras, al acecho. Sentíamos el frío, un frío tímido comparado a otras noches.

Me llegan al pincho las fechas comercialonas, pero bueno, cualquier pretexto para pasar un buen rato y olvidarme de la universidad y esas cosas que consumen mi sagrado tiempo son justificables. 

Llegamos a la licorería, un pequeño establecimiento ubicado al frente de Metro, debajo de una discoteca de mala muerte.

–Dos vinos, esos de cuatro soles –Loco me entrega su parte en términos monetarios.

El proveedor del alcohol tenía una cara de zombie, lo más probable era que estaba coqueado. Nos mira y se queda pensando.

–Ya, pero faltan dos soles.

“Hey, un toque, nosotros nunca le habíamos pagado. Dos cosas: nos está probando o en verdad se ha confundido”, pensé. Nos miramos las caras. “Vamos a arriesgar”, pensé.

–Dale sus dos lucas –entregándoles dos monedas a loco.

Loco le paga y el proveedor desaparece. Después de unos breves segundos aparece con las botellas y nos las entrega. “Vámonos al toque”, le dije a loco, huyendo a raudos pasos.

Cruzamos y nos dirigimos a las Flores. En el trayecto nos percatamos que el distrito tenía lo suyo: chicas entre veinte a más, de gran belleza y picardía, caminando ostentosamente en grupo.

–Vamos a comprar puchos ­–dije.
–Nada –con un gesto de desaprobación–, compra y yo te acompaño.

Vimos una tienda que estaba medio cerrada, adentro estaban tres compañeros del alcohol, tomando unas Pilsen.

–Una cajetilla de Marlboro –dije.
–Espera –dijo el tío– voy a ver si hay.

Uno de los beodos me mira, mueve su cabeza y me hace el habla.

–¿De puta madre no?
–Claro –dije
–¿Sabes quiénes son?
–Nada brother.
–Nirvana pe –haciendo, con sus brazos, como si tocaría una guitarra.

Me resultó extraño que un sujeto así me esté dando clases de rock, pero bueno, a decir verdad, mis gustos musicales han cambiado descomunalmente desde que terminé el colegio.

El tío regresa con una cajetilla de veinte unidades.

–Pucha no tiene una de diez.
–No, no hay.
–Entonces una cajetilla Lucky.
–Y también un encendedor –dice el loco.

Le pago veinte soles y me da como saldo de la operación quince soles.

–¿Un sol está este encendedor? –enojado dice el loco.
–Puta, ya fue –Lo único que quería hacer era irme de esa mierda de lugar y dejar a aquel ebrio que hablaba incoherencias.
–Me llega al pincho la gente que se cree pendeja cuando no lo es –finalizó el loco.

Nos sentamos afuera de la puerta de la casa de Yesenia. El loco la llamó a su celular, pero ella no contestó.

–¿Estás seguro que te dijo que normal podíamos venir?

Me resultó extraño porque ella, hacía un par de horas, me mando mensajes diciendo que mejor lo posterguemos para el domingo. Loco revisa el mensaje.

–Puta madre, me equivoqué.

Reímos.

–Pero igual voy a llamar hasta que reviente el teléfono. Los intentos resultaron en vano.

Abrí una botella, me serví, saqué un pucho, me lo puse en la boca, exhalé lentamente liberando un fino hilo de humo; mientras loco hablaba con una bandida por celular.

Loco se sirve y me empieza a hablar de política. La bohemia alcanzaba su máximo esplendor.

Un tipo se sienta al costado de nosotros, sin duda, era un choro. Nosotros nos dimos cuenta y seguimos hablando de lo más normal. A los minutos aparecen más choros. Seis se fueron a la derecha, el camino donde había más gente. El choro que estaba sentado se va y se encuentra con tres choros más. Luego cuatro choros se van a la izquierda, el lugar más oscuro. Nos tenían acorralados.

Sale la inquilina de Yesenia. “Ella no va a salir y no hagan bulla que el bebe está durmiendo”. Nos recordamos que Yesenia un día nos contó que tenía una inquilina maleadaza, era la líder de una secta de delincuentes. La tipa se reúne con los demás choros y conversan sobre algo. Desaparecen.

–Ya, vámonos, salgamos por la derecha.
–Es ahora o nunca.
–Yo llevaré la botella.

Habíamos terminado una y la otra estaba casi llena.

–Yo llevaré los puchos y el encendedor.

Huimos.

–Fíjate si nos siguen.

Llegamos al paradero y observamos a un serenazgo.

–Vamos por la alameda –generalmente serenazgos custodian dicho lugar.

Ya nadie nos seguía, pero aun no estábamos librados, el camino por recorrer era largo y peligroso. Ebrio, orino en plena vía pública, hacía tiempo que no hacía eso.

En el camino seguimos tomando, eso me hacía recordar cuando tenía quince años y chupaba en la calle rumbo al rock en el Parque. Llegamos al paradero 12 y nos subimos a un muro a descansar un toque, de paso, fingíamos ser malandros para engañar a la gente.

–Pura pareja nomás pasa.
–Sí, ¿no era día del amigo?

Reímos.

–Esas flacas están hasta las huevas, de ley van a tirar.
–Sin duda…
–Amigos con beneficios pe.

Y en eso, pasan por nosotros dos alcohólicos. Uno me miró y pensó que estaba fumando marihuana, al ver que fumaba un cigarrillo pequeño…

–Invita.

Le entrego el pucho.

–Llévatelo nomás –dijo el loco.

Y siguieron su camino.

–Quiero vomitar –dice el loco.
–Vomita nomás, como si las huevas.

Y lo hace. La gente que pasaba por el lugar nos miraba.

–Párate, parado nomás –decía argumentando que no estábamos ebrios.

Volver a tomar, después de un largo tiempo, nos pasó la factura, bueno, le pasó factura.

–¿Puedes llevarme a mi casa?
–Las huevas, vamos.

Lo dejé en su casa y ahora tenía que ir a la mía. Me llegó todo, no tenía mucho que perder, tan solo quince soles y un carnet antiguo. Además no tenía otra opción.

En el trayecto pasé por alcohólicos que salían de los bares, parejas que salían del telo, prostitutas esperando a sus clientes y choros.

Eran ya las cuatro de la madrugada. Toqué. Mi madre mencionó mi nombre.

–Sí, soy yo, ábreme.

Entré, mi perro salió, lo hice pasar. Me dirigí a la cocina a tomar un vaso con agua. Me saqué las zapatillas y la billetera de mi bolsillo. Y en acto de victoria caigo rendido a mi cama.

4 comentarios:

  1. Asuu,, que tal día del amigo, y esos vinos de 4 lucas le van a pasar factura a tu higado luego, te acordarás de mi.. habla la experiencia jaja..

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  2. hola chris, formidable tu blog, y muy interesante.

    me gustaría poder diseñarte un banner acorde con la manera tuya

    buehh.... te saludo con una sensación muy especial de haber encontrado por fin algo que vale la pena en este mundillo de los blogs.

    Morgana.

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  3. Oh, pues que cosas las del día del amigo y mas pareeejas jajaja en fin, pues cualquier motivo es bueno para beber jajaja, pues nada, que me puse a checar la lista de los blogs que están participando en el blogday y encontré en tuyo, que bueno, por que el resto esta.... en fin saludos y vibras! ah si, te sigo.

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  4. [ [EBP]]:

    Jajaj, si pues, pero ese es el precio de divertirse, destruirte sin pensar en las consecuencias. Ojalá que a los treinta años deje esa vida, sin arrepentirme posteriormente, aunque no creo arrepentirme de lo vivido.


    Morgana:

    Que placer siento al haber recibido tu comentario, para acordar sobre eso, te paso mi msn: christiank_3964@hotmail.com

    Espero me agregues o me escribas por bandeja.

    Muchas gracias por todo.


    Brekiaz:

    Gracias por creer en este intento de blog literario. Por cierto, asi es pues, ya veo que no ganaré, me parece injuto que gane un blog que tenga más votos y no quién es el mejor en contenido, pero bueno, lo más importante es darse a conocer y ganar nuevos lectores. Esto me hace creer que la lucha vale de algo.

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