viernes, 16 de julio de 2010

Tour Centro de Lima

      La avenida Abancay un viernes de julio con poca gente, extraño, muy extraño. El tour comenzó en el congreso, cuando divisé a lo lejos la multitud que fervientemente acompañaba la procesión de la Virgen del Carmen, patrona de Barrios Altos, un lugar sabroso por su gente. Acompañaba a mi padre, siguiendo la tradición. A pocos metros sentía el aire más denso de lo normal, no, no era marihuana, era un olorcillo característico, seguramente el olor del zahumerio. Hombres y mujeres de edad avanzada rezaban y cantaban con júbilo y dicha, lágrimas y admiración; realizaban peticiones y agradecimientos. Había de todo, hasta los agentes policiales que custodiaban el lugar hablando palabrotas que no eran necesarias en dicho evento.
      El cielo seguía gris y las calles descoloridas por el pasar de los años, las veredas rotas, pero a la gente no le interesaba, sin duda, el centro, se vestía de gala.
      En una de las innumerables paradas, la procesión se detuvo en la tienda IChikawa, y un chinito viejo haciendose dueño del momento empezó a cantar, para que negar, lo hizo muy bien, debe ser porque es cantante profesional, sí, cantaba en la antiquísima agrupación llamada "Los Dolton". La gente lo acompañaba en las canciones.
      Lo último que puedo rescatar es  esa hermosa muchacha de mirada llamativa y semblante de diosa, que estaba parada en el congreso para darle el encuentro a la procesión. Ya había estado un par de horas allá, así que me fui a seguir mi recorrido.
      Rumbo a la Plaza de Armas observé un enorme escenario, El Palacio de Gobierno, imponente; y muchos turistas europeos, dándole color a la monócroma Lima, con esas cabelleras doradas y ojos intensos como el azul del cielo. Para terminar, me compré un celular, uno baratito nomás, para reemplazar al antiguo, que misteriosamente desapareció de mi bolsillo aquella tarde fatídica que prefiero no recordar.

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